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Cortesía de Ambro / FreeDigitalPhotos.net |
¿Por qué al pene se le da tanta importancia en las relaciones sexuales?, ¿por qué tantos hombres están obsesionados con el tamaño de su pene?, ¿cómo se convirtió el pene en un símbolo de poder, siendo cuanto más grande mejor? y ¿por qué en nuestra sociedad parece que lo que define al hombre es su pene?. Las respuestas a estas preguntas bien podrían relacionarse con el Patriarcado y con el Machismo, y a su vez con el modelo sexual coital imperante.
En efecto, en el modelo heterosexual que ha existido durante muchos años el hombre tenía el control de las relaciones sexuales y el papel activo, mientras que la mujer ejercía un papel pasivo en el que ni siquiera se le reconocía derecho al placer. Aunque ahora ya se admite que las mujeres también tienen ese derecho, se sigue situando al hombre en el papel de proveedor del placer, un placer que por regla general se busca a través del coito y del pene. De modo que el machismo también perjudica a los hombres, por un lado porque se ven en la obligación de tener que dar placer a la mujer, por otro porque su propia búsqueda del placer se centra únicamente en su pene (dejando de lado el resto de su cuerpo y perdiéndose el vivir la sexualidad como algo más global y menos centrada en el pene). Todo esto implica que un hombre acabe definiéndose por su pene, el cual no solo debe ser grande sino que también debe tener erecciones potentes y rápidas. Así, la siguiente preocupación de la mayoría de los hombres, después del tamaño de su pene, pasa a ser la falta o pérdida de erección ya que eso cuestiona su virilidad.