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INFANCIA Y TRANSEXUALIDAD

Por: Ester Álvarez Guillén
Imagen de Ester Álvarez G.

El título de este post hace honor al libro del que quiero hablaros, Infancia y transexualidad del antropólogo Juan Gavilán, una obra muy necesaria que trata un tema al que como veréis hay que darle mucha visibilidad para empezar a entenderlo y ayudar a que muchos menores tengan una vida mejor. 

Me parece oportuno aprovechar la reseña de este interesante libro para exponer algunos puntos que creo imprescindibles para cualquier persona, pues ¿quién no tiene algún menor cerca? Al fin y al cabo es un asunto que afecta no sólo a profesionales de la salud, y de la educación, sino sobre todo a padres, madres, y familiares de cualquier niño o niña. Sin duda, nos puede tocar de cerca a cualquiera en particular, pero también nos implica a todas las personas como sociedad, pues de que aprendamos a hacerle frente correctamente depende la felicidad de niños y niñas, así como futuros adultos.

SEXUALIDAD A LO LARGO DE LA VIDA (“NUESTRA COMPAÑERA VITAL”)

Imagen cortesía de Ambro / FreeDiditalPhotos.net 
Por: Ester Álvarez Guillén

La sexualidad es importante en la vida del ser humano, ya que “nos acompaña siempre a lo largo del camino y nos reporta bienestar y satisfacción” (o al menos así debería ser). Pero no se vive del mismo modo a unas edades que a otras: desde que nacemos hasta que morimos, nuestro cuerpo y nuestra mente evolucionan, aunque no suelen hacerlo al mismo ritmo, lo que puede afectar a nuestra sexualidad entre otros ámbitos.

A pesar de lo que mucha gente pueda pensar, la mayoría de los expertos afirman que “nuestra capacidad para experimentar placer erótico se inicia con el nacimiento y no tiene por qué desaparecer hasta la muerte”. No obstante, es cierto que la edad puede intervenir de alguna manera en diversos aspectos físicos y psicológicos de la sexualidad. De tal modo que mientras los cambios biológicos vinculados a la edad son más universales, las respuestas de los individuos a estos cambios difieren enormemente. Además, a diferencia del resto de las funciones humanas, la edad influye sobre los hombres y las mujeres de manera distinta.