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INFANCIA Y TRANSEXUALIDAD

Por: Ester Álvarez Guillén
Imagen de Ester Álvarez G.

El título de este post hace honor al libro del que quiero hablaros, Infancia y transexualidad del antropólogo Juan Gavilán, una obra muy necesaria que trata un tema al que como veréis hay que darle mucha visibilidad para empezar a entenderlo y ayudar a que muchos menores tengan una vida mejor. 

Me parece oportuno aprovechar la reseña de este interesante libro para exponer algunos puntos que creo imprescindibles para cualquier persona, pues ¿quién no tiene algún menor cerca? Al fin y al cabo es un asunto que afecta no sólo a profesionales de la salud, y de la educación, sino sobre todo a padres, madres, y familiares de cualquier niño o niña. Sin duda, nos puede tocar de cerca a cualquiera en particular, pero también nos implica a todas las personas como sociedad, pues de que aprendamos a hacerle frente correctamente depende la felicidad de niños y niñas, así como futuros adultos.

En primer lugar, quiero destacar que el autor, como alternativa al discurso biomédico que incluye la transexualidad dentro de los trastornos mentales, plantea que no se trata de ninguna patología, simplemente forma parte de la diversidad sexogenérica. Entender esto me parece fundamental ya que nuestra sociedad nos graba a fuego desde que nacemos su binarismo de género, en el que sólo existen hombres y mujeres, lo unos con pene, las otras con vulva y vagina, debiendo los primeros ser masculinos y las segundas femeninas. Sin embargo, igual que en la naturaleza existe la diversidad, y del mismo modo que somos diversos en muchos aspectos, los seres humanos también somos diversos sexualmente. Y esto no quiere decir otra cosa que lo siguiente: los genitales no definen quién somos (es el género sentido el que determina esto y no el sexo que nos asignan al nacer en base a nuestros genitales).

En el libro, su autor insiste mucho en la importancia de desmedicalizar la transexualidad, y es que desde el modelo médico parece ser que aún existen profesionales reticentes a aceptar que la identidad de género se establezca antes de la adolescencia. En contraposición, el autor reune en este libro una gran cantidad de relatos, principalmente de madres, sobre el proceso vivido con sus hijos e hijas, que demuestran que los/as pequeños/as, desde un inicio muy temprano, tienen clara su identidad de género.  El valor de estos testimonios es incalculable pues deja constancia de la necesidad primordial de estos niños y niñas de sentirse reconocidos tal como ellos se ven, sobre todo por sus familias, por supuesto, pero también por sus entornos. 


Imagen de Ester Álvarez G.

Se evidencia también a través de las narraciones el efecto increiblemente positivo en los menores cuando finalmente se les acepta en su género sentido, dando fe de que los problemas que tienen únicamente provienen del rechazo de los demás. 

Aquí quiero hacer un apunte importante que se menciona en el libro: si a alguien le dicen constantemente que no puede ser una niña porque tiene pene, o que nunca podrá ser un niño porque tiene vulva, es lógico que los genitales acaben convirtiéndose en el motivo de su frustración y, en el futuro los rechacen. Esto es algo que debemos empezar a cambiar definitivamente, para que estos menores crezcan con una buena autoestima y amor hacia sus cuerpos.

Otro aspecto que me parece interesante resaltar es que, tal como se menciona en el libro, los niños y niñas transexuales refuerzan su identidad con los típico roles de género. Como es lógico si aprenden, desde muy pequeños, por ejemplo, que el rosa y las princesas son cosa de niñas y el azul y los superhéroes son de niños, recurrirán a estos elementos para reivindicar su identidad.

En este punto hago un parénteis propio que me parece totalmente necesario (y espero que no utópico), sobre la posibilidad de que nuestra sociedad avance hacia un mundo en el que los roles de género desaparezcan, y donde las personas podamos ser, hacer y mostrarnos como queramos, más allá de lo que se considera masculino o femenino. Debemos tener claro que lo masculino y lo femenino únicamente son constructos sociales inventados (no existen, o no deberían existir, colores, juegos, ropas, juguetes, conductas, ni nada exclusivo de niños o de niñas).

Otro aspecto que se menciona en el libro tiene que ver con el papel de los centros escolares, pues son de vital importancia a la hora de evitar la transfobia y el acoso hacia las personas transexuales.

Finalmente, el autor señala que la transexualidad es un proceso que se vive y se desarrolla de manera diferente en cada persona, esto significa que no existe un modelo único. Aunque, por lo general, se observa que en muchas de las narraciones se repiten una serie de patrones, los padres del menor simplemente deben escucharlo para saber lo que siente, poder aceptar de una manera positiva la situación y que el niño o la niña se sienta aceptado/a y querido/a.

En definitiva, por mi parte, os animo a leer este estupendo libro, pero sobre todo a ser conscientes de que la identidad de género no es algo que puede determinar a ciencia cierta el médico cuando hace una ecografía durante el embarazo, sino que se trata de algo que cada persona siente en lo más profundo de su ser, y eso no se puede rechazar. Es un derecho de niños y adultos el ser tratados conforme se sienten y facilitarles la vida para que puedan desarrollarse de una manera plena y saludable.



11 comentarios:

  1. Me encanta!!!! Muy bien explicado para q podamos entenderlo!!! Sin tecnicismos siendo clara y concisa!!! Gracias Ester!!!!

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  2. Una exposición detallada, clara y con mucha sensibilidad. Enhorabuena!

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  3. Psicología DAPSY Algeciras4 de febrero de 2017, 2:35

    Aún queda mucho por hacer para que la transexualidad sea vista con normalidad, evitando así que nadie se sienta mal ni discriminad@, pero con actos y escritos como éste poco a poco se irá consiguiendo.
    Muy buen artículo, muchas gracias!!

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  4. Gracias Ester,queda aun mucho por hacer...pero tambien ame cambiado mucho todo de hace tres años a hoy.Recuerdo como anecdota cuando fui a la psicologa con mi hija(antes era obligatorio)nos mandó a la trabajadora social,porque ella no sabia que hacer jeje ahora me rio,ademas yo iba segura y mi hija tambien,la trataba en masculino hasta que mi gija con 8 años.le dijo.....mi corazon y mi mente me dicen que soy una niña,entonces empezó a tratarla con susu sexo sentido y nos dio cita al padre y a mi porque nos emocionamos con lo que dijo jeje,menos mal que ya no es oblicacion ir al psicolog@.
    Gracias Ester hay que visibilizar mucho y tratar el tema con naturalidad porque asi es una persona transexual,natural.Un besazo yguapa gracias

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    1. Gracias a ti, Almudena, por leerlo, y por tu bonita aportación.

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  5. Como creo que ya he comentado, lo vendes tan bien y parece tan interesante, que ya lo he apuntado en mi lista de libros pendientes. No sé cuando lo podré leer, eso sí, porque creo que voy a necesitar varias vidas para dejar la lista a cero.
    Besicos

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  6. Hola Ester! Muchas gracias por tu respuesta a otro comentario que hice. Y gracias por recomendarme este. Me encanta como escribes y como te expresas. Cómo comenta Mary, el libro se antoja mucho. Y sí, me ha quedado todo más claro.

    Apoyo tu deseo de que no existan constructos sociales femeninos o masculinos. Y que bueno que ahora se escucha mas a la persona y se le ayuda. Y no el clásico: es una fase, eso no es para tu sexo y miles más.

    Gracias por traer estos temas y por aportar a nuestra sociedad y a las personas que te leemos.

    Bonita noche.
    Gael

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    1. Es un placer tener seguidores tan entusiastas como tú, Gael. Sois mi mayor motivación para seguir escribiendo. Me alegra que te haya aclarado algunas cosas. Un abrazo!

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